Monday, May 28, 2012

Bailar al final de la Misa ? Porqué no se le ocurrió a ningún Santo?



En toda la Biblia el término "danza" y "baile" aparecerá en una docena de veces (casi todas en el Antiguo Testamento) en contextos marginales (como en la parábola del hijo pródigo), o en contextos muy pequeñas damas (Judios bailando  alrededor del becerro de oro, la danza de Herodías). En cualquier caso, a lo largo de la historia de la Iglesia antes de Kiko y Carmen, a nadie se le había ocurrido bailar la danza de David al terminar la Misa.


De "El Teologo Responde" extraigo :

De la resurrección del Señor y del Domingo, toma también participación toda otra fiesta, ya que el motivo de la fiesta es la alegría: «Fiesta es alegría y nada más», decía San Juan Crisóstomo. Pero la alegría supone un fundamento, algo de qué alegrarse: es la respuesta de un amante a quien ha caído en suerte aquello que ama. Alguien se alegra porque posee el bien que le es conveniente, o realmente, o en esperanza, o al menos en la memoria. Y sólo se alegra verdaderamente el que se alegra en el amor: «Donde se alegra la caridad, allí hay festividad», decía el mismo Crisóstomo. Por eso no hay motivo mayor de alegría que la Resurrección del Señor, porque su triunfo es nuestro triunfo, su victoria es nuestra victoria. Este es el fundamento objetivo por el que la liturgia cristiana es una fiesta, y se diferencia de todo otro culto, y de los «party» mundanos. «La fiesta presupone un autorización a la alegría; esta autorización es válida sólo si está en grado de hacer frente a la respuesta sobre la muerte (…); la resurrección de Cristo da la autorización a la alegría buscada en toda la historia y que ninguno estaba en grado de conferir. Por eso, la liturgia cristiana –Eucaristía- es, por naturaleza, fiesta de la resurrección, Mysterium Paschae» (J. RATZINGER, op. cit., 62-63). 

En la Misa se muestran los matices de sacrificio (inmolación, muerte, ofrecimiento) y Resurrección (fiesta, alegría). Son matices; a veces se resalta más un aspecto, a veces otro, a veces hay un equilibrio. Pero de todos modos, hay que tener en cuenta que se trata de una fiesta sagrada, y por tanto no es como una fiesta de cumpleaños o un aniversario, sino que es una fiesta en la que el festejado es Dios, por la Creación y porque envió a su Hijo Único para salvarnos (re-creación), y el modo de entrar en unión con Él es a través de los misterios, es un modo sacramental. Por lo tanto, habrá fiesta y alegría, pero mesurada, contenida, o, mejor, sublimada en el espíritu; no habrá una fiesta en la que se produzca un éxtasis o exacerbación de los sentidos, al modo dionisíaco, o en el que hay una alienación del hombre (que busca evadirse en su desesperación por no poder dar respuesta a la realidad de la muerte), sino que el modo de festejar es «en espíritu y en verdad», lo que no quita que festejemos también con nuestra sensibilidad, más aún, el corazón y todos nuestros afectos, y todo nuestro cuerpo, se espiritualiza y se eleva a Dios, como se dice en la Misa: «sursum corda», «levantemos el corazón». 
Ver tambien :
http://cruxsancta.blogspot.com/2012/02/el-baile-o-danza-dentro-de-la-liturgia.html

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