Wednesday, May 16, 2012

Testimonio de Joven Ex-Neocatecumeno


Hola a todos, he venido a este foro para aportar mi experiencia como ex-neocatecúmeno. No voy a meterme a responder a nada de lo que se ha dicho aquí, sino me limitaré a dar mi experiencia, que es todo cuanto tengo.

Mi experiencia empieza en el año 2005, cuando todavía era un adolescente. Mi familia no es del camino, pero todos hemos pasado por él. Mis hermanos siguen en sus comunidades, pero mis padres no siguieron más allá de unos meses. Yo nunca he tenido imposición de ir al camino, sino invitación. Mis padres y hermanos me invitaron a ir, y yo accedí. Al fin y al cabo, era libre de quedarme o no.

Yo entonces estaba mal, muy alejado de Cristo y de la Iglesia. Era un chico mal formado, y pagué caro mi desinterés, y no quiero culpar a mis padres, pero el "alejamiento de la Iglesia" en mi familia durante la adolescencia ha sido una constante. El Camino me abrió un mundo nuevo y me explicó la Palabra de Dios como nunca nadie me lo había dicho hasta ahora. A mí me llenó de esperanza, y entré. Por fin rezaba y quería rezar, por lo menos sentía que ahí había algo.

La experiencia fulminante fue el encuentro en Colonia con el Papa. Cristo tocó mi vida allí. Yo fui allí y encontré a un millón de jóvenes felices y peregrinantes, felices como yo no lo era: ellos tenían algo. Tenían un por qué vivir. Ellos no sonreían: eran felices. Tuve oportunidad de conocer a catecúmenos de muchos lugares y también a gente fuera del Camino. El mensaje del Papa, incluso el de Kiko, todo fue una estupenda maniobra del Espíritu Santo para entrar en mi vida.

Si bien es cierto que el viaje tocó mi vida distaba lejos de cambiarla de arriba para abajo en una noche. Pero nunca fui el mismo, aunque mi vida no hubiera cambiado. Y con esto incluyo mis pecados.

Estuve en el camino cuatro años, y llegue hasta antes de los segundos. No me arrepiento de nada. Pasé por todo, por euforia, por bajones....pero el año antes de irme, sufrí la crisis definitiva que me llevaría a plantearme mantenerme en el camino, a pesar de que yo apreciaba y sigo apreciando mucho a todas las personas que caminabamos.

No había un eje fundamental de mi crisis. Es más, esa crisis podría haberse debido perfectamente a mi pecado. Pero Cristo saca bien hasta del mal absoluto. Como digo, los temas que me asaltaban constantemente eran: Cristo pide toda mi vida? Como voy a poner una Voluntad que no conozco por delante de todo? Que es su Voluntad, que es cumplir su Voluntad? Por qué en el Camino se me pide que evangelice por las calles (a Kiko se le había ocurrido que saliéramos en parejas tras la Pascua a evangelizar los domingos por la tarde). ¿Por qué así y no de otra manera? No es que yo no quisiera evangelizar, pero no lo haría así. Yo lo haría desde el ejemplo y desde la charla cercana que sólo puede proporcionar una amistad, no asaltando transeúntes.

Mi vida había degenerado hasta tal punto que los jueves, día en que teniamos Palabra, era el gran día de la Semana, Dios me hablaba, yo escuchaba, cantaba...pero al día siguiente era el mismo pecador de siempre, como si nada existiera, Cristo siempre en mi boca, pero nunca en mi corazón. Mi vida transcurría de "jueves a jueves". Mi vida dependía de esa Palabra. Por qué mi fe dependia de la comunidad? Esa fe no era mía, yo no tenía vida espiritual propia. Y además, los catequistas no son sacerdotes. ¿Como podían ejercer de guía espiritual?

Y las lecturas, no podían ser leídas siempre desde el punto de vista "experiencia personal"! Las lecturas tienen que tener explicación, Dios nos dió razón pero en aquel lugar todo era experiencia.

Yo entonces sabía que era pecador empedernido, no concebía la gravedad de mis actos ni conseguía acabar con mis vicios. Y el camino nunca me ayudó a cambiar eso. Quizá fue culpa mía, no sé decirlo.

Pasé por esta crisis un año. En ese año pasé por un Grupo de Comunión y liberación y por el Opus Dei. Decidí que no quería quedarme de puertas para adentro. Yo quería ayudar a los demás y eso en el Camino no podía hacerlo. Y no salí, pero falté bastante.

Siento que los párrafos de la crisis estén mal escritos y he mezclado muchos y varios tópicos, he tratado de rememoralo lo máximo posible y están mal redactados. No es el objetivo del post explicar con pleno detalle mi crisis de fe. para ser un año de crisis está bastante condensado

Duré 4 o 5 meses en el Opus Dei, que si bien me ayudó muchísimo a encontrarme, no fue del todo de mi agrado. Encontré la oración diaria, personal e intransferible, perdida hacía mucho tiempo. Encontré al Santísimo Sacramento, que yo nunca había conocido. Encontré los cantos en latín y las meditaciones de Jose María Escrivá en la penumbra de un oratorio. Encontré un sacerdote que quiso ayudarme y con el que hablé varias veces.

Pero no salía del Camino. Creí que nadie lo iba a entender, que mis responsables y catequistas se pondrían en mi contra, que todos me recomendarían quedarme, por mi bien. Yo entendía que lo hacían por mi bien, y por eso no podía irme. Porque no quería romper el lazo afectivo que había establecido con todos. Quería salir, pero no me atrevía

Fue finalmente un soplo del Espíritu en una frase que me dijo una chica lo que me hizo tomar mi decisión. Ella me dijo: "Nadie va a querer casarse contigo si no eres capaz de tomar una decisión importante en tu vida como es ésta".

Ésa misma tarde en que ella me lo dijo, empezamos a salir

Y al día siguiente, salí del Camino

No encontré la resistencia esperada, y probablemente ellos pensaron que yo pedía algo así como un "período de prueba" porque todos dieron por sentado que iba a volver. Para ellos había sido un Kiko estupendo, pero a mí ya me había dejado de ayudar.

Desde entonces Cristo me ha guiado y me ha hecho ver que la gente de fuera del camino no son cristianos de menor categoría. Me ha reeducado, me ha curado de mis pecados, los ha perdonado y me ha llevado y sigue llevando por un camino suyo, uno que tiene guardado para mí, y que acaba en un cartel que pone "Santidad".

Con la ayuda de un director espiritual, de mi novia, pero en el fondo, sólo de Dios, he ido cambiado mucho a lo largo de estos dos años fuera del camino.

Es el lugar para mucha gente, pero no para mí. El único propósito del Camino Neocatecumenal, sean cuales sean sus formas, debe de ser el de alentar a sus catecúmenos a la Santidad, a amar a Dios sobre todas las cosas y a entregarse a los demás como Él se nos entregó a nosotros. A crecer en Amor. Cristo utilizó el Camino neocatecumenal para llamarme, para darme un primer toque, y me hizo feliz aunque mi respuesta a su amor nunca fuera correctamente respondida. Pero el Camino no me hizo crecer en Amor a Cristo, ni me ayudó a entregarme a mi familia ni a mi prójimo como hoy entiendo que he de hacer. El camino no me permitía seguir avanzando hacia Cristo, y hoy por hoy no es ahí donde Cristo me quiere.

Yo doy gracias a Dios por éste camino porque de no haber sido por él, para empezar, no estaría aquí. Pero quiero alentar a todos, catecúmenos y no catecúmenos, a que recapacitéis si allí donde estáis Cristo se os muestra constantemente y os va abriendo nuevos horizontes en el amor. Siempre buscando amarle más a Él, que nos amó primero, siempre buscando como vivir por Él como el quiere que vivamos para que un día nos recoja y nos diga "Tú eres mi Hijo". En las cosas pequeñas de cada día, en la entrega en casa, el la escucha a los demas, en la...negación de uno mismo.

Pido perdón por las faltas de ortografía lo primero, y por la mala redacción lo segundo. Espero que esto pueda ayudar a todo aquel que lo lea. Y que os alegre! A mi me ha llenado de alegría escribirlo

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