fuente:http://neocatecumenali.blogspot.com/
Del discurso de Juan Pablo II a los sacerdotes de las comunidades neocatecumenales en 9.12.1985: ver: http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/speeches/1985/december/documents/hf_jp-ii_spe_19851209_sacerdoti-catecumenali_it.html
El objetivo que propongo a vuestras comunidades neocatecumenales corresponden a una de las interrpogantes más angustiosas de los pastores de almas hoy en día, especialmente en las grandes áreas urbanas. Ustedes intentan llegar a la masa de los adultos bautizados, pero poco instruidos en la fe, para guiarlos, a través de un camino espiritual para redescubrir las raices del bautismo y de la vida cristiana y para que sean más conscientes de sus deberes como tales. De esta manera el trabajo de los sacerdotes es fundamental. De alli la necesidad de dejar en claro la posición que ustedes tienen como GUIAS de la Comunidad, de modo que su acción está en sintonía con las necesidades reales del ministerio.
La primera exigencia requisito que se les impone que hay que saber mantener la fe dentro de las Comunidades a su identidad sacerdotal [ que excluye la sumisión absoluta a los catequistas ]. En virtud de su ordenación sagrada, que fueron marcados con un carácter especial que configura con Cristo sacerdote, para que pueda actuar en su nombre (ver Ordinis , 2).
El ministro sagrado debe entonces ser aceptado no sólo como a un hermano que comparte el camino de la propia Comunidad, sino también como alguien que, actuando "in persona Christi", lleva la responsabilidad insustituible de ser maestro, santificador y guía de las almas, a cuya responsabilidad No puede en modo alguno renunciar . Los laicos deben ser capaces de comprender estas realidades por el comportamiento responsable que ustedes mantengan. Sería como ilusión de creer que se sirve al Evangelio diluyendo vuestro carisma en un falso sentido de humildad o en una mal entendida fraternidad. Repito lo que ya ha tenido ocasión de decir a los consejeros eclesiásticos de la Asociación Católica Internacional: "No se deje engañar la Iglesia os quiere sacerdotes y los laicos con quienes alternáis os quieren sacerdotes y nada más que sacerdotes. La confusión de carismas empobrece a la Iglesia, no la enriquece en nada". (Discurso del 13 de septiembre 1979 n º 4:. Enseñanzas de 1112 (. 1979], p 1391).
Y, ahora la visión de la Iglesia en esta cita de Juan Pablo II (Plenario de la Congregación para el Clero, 15 de octubre de 1998: link : http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/speeches/1998/october/documents/hf_jp-ii_spe_19981015_cong-clergy_sp.html
4. El presbítero es, ante todo, guía del pueblo encomendado a él. La estructura de la Iglesia trasciende tanto el modelo «democrático» como el «autocrático», porque se funda en el «envío» del Hijo por parte del Padre y en la asignación de la «misión» mediante el don del Espíritu Santo a los Doce y a sus sucesores (cf. Jn 20, 21). Esta enseñanza ya está presente en la Presbyterorum ordinis, en donde el decreto conciliar trata de la «autoridad con la que el propio Cristo construye, santifica y gobierna su pueblo» (cf. n. 2). Se trata de una autoridad que no tiene origen en la base; por tanto, ningún consenso de la base puede definir autónomamente su extensión y su ejercicio.El presbítero es, además, en unión con su obispo, maestro de la Palabra. Es maestro, aunque es ante todo su servidor (cf. ib., 4). Todos los fieles, en virtud de los sacramentos de la iniciación cristiana, están llamados a evangelizar, según su propio estado de vida; pero el ministro ordenado cumple esta misión con una autoridad y una gracia que no le vienen de la ciencia y la competencia, siempre necesarias, sino de la ordenación (cf. Pastores dabo vobis, 35).El presbítero es, por último, ministro de los sacramentos. En efecto, no puede haber una auténtica evangelización que no tienda a desembocar en la celebración de los sacramentos. Por tanto, no puede haber una evangelización que no se oriente hacia esa celebración (cf.Presbyterorum ordinis, 5).D el discurso de Juan Pablo II, 18/03/2004 a los alumnos del Seminario Redemptoris Mater de Roma:
3. Para obtener estos resultados positivos es fundamental tener siempre claras, en vuestro itinerario formativo, la naturaleza y las características del sacerdocio ministerial, tal como las ilustran el concilio Vaticano II y la exhortación apostólica postsinodal Pastores dabo vobis.
En efecto, el sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial están ordenados el uno al otro e íntimamente relacionados; ambos participan, cada uno a su modo, en el único sacerdocio de Cristo. Pero su diferencia es esencial, y no sólo de grado (cf. Lumen gentium, 10). En virtud del sacramento del orden, los presbíteros son configurados de modo especial con Jesucristo como cabeza y pastor de su pueblo, y, a semejanza de Cristo, deben gastar y entregar su vida al servicio de este pueblo. Por eso, precisamente porque representan sacramentalmente a Jesucristo, cabeza y pastor, están llamados a presidir, en estrecha comunión con el obispo, las comunidades que se les ha encomendado, según cada una de las tres dimensiones -profética, sacerdotal y real- en las que se articula la única misión de Cristo y de la Iglesia (cf. Pastores dabo vobis, 12-16).
Amadísimos seminaristas, ateniéndoos a esta sólida doctrina durante vuestra formación y después en el ejercicio diario del ministerio presbiteral, podréis vivir gozosamente la gracia del sacerdocio y asegurar un servicio auténtico y fecundo a la diócesis de Roma y a las Iglesias hermanas a las que seáis enviados.
La oración, el estudio y la vida comunitaria, bien armonizados en el proyecto formativo y puestos en práctica con fidelidad y generosidad en la existencia concreta de vuestro seminario, son los caminos a través de los cuales el Señor va esculpiendo en vosotros, día tras día, la imagen de Cristo, buen pastor.
[...] vuestro destino concreto compete al obispo, que se preocupa tanto de las necesidades de su diócesis como de las exigencias de la misión universal. Al acatar con actitud de confiada y cordial obediencia sus decisiones, encontraréis vuestra paz y vuestra serenidad interior y podréis expresar en todo caso vuestro carisma misionero, dado que también aquí, en Roma, la pastoral se caracteriza, y deberá caracterizarse cada vez más, por la prioridad de la evangelización.Aquí hay otra buena indicación del Pap que fue rechazada por completo y nunca se publicó en las páginas web neocatecumenales:
5. Amadísimos superiores y alumnos del seminario Redemptoris Mater de Roma, mirad siempre con los ojos de la fe vuestra vida, vuestra vocación y vuestra misión.
"Su camino de fe y de vuestro apostolado se insertan siempre en la parroquia y la diócesis." ...Sigan los métodos, las indicaciones, las maneras, y los textos ofrecido por los obispos, ejerciendo el ministerio de la catequesis en la disciplina de la comunión y la disiplina eclesial ...
"Vuestra disponibilidad se debe manifestar en la meditación religiosa y la escucha de la Sagrada Tradición y la Sagrada Escritura (Dei Verbum, n. 10). De ahí la necesidad de un trabajo constante y serio de estudio personal y comunitario de la Palabra de Dios y de la enseñanza del Magisterio de la Iglesia, en particular mediante la participación en cursos bíblicos serios y teológicos [lejos de la obligación de seguir el "itinerario Neocatecumenal] ... de la Palabra de Cristo, a Cristo en la Eucaristía, porque el sacrificio Eucarístico es la fuente, el centro y culmen de la vida cristiana.

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