Ordeno y mando: “El que no obedezca, que se vaya”
Mucho se ha comentado sobre el carisma presuntamente abierto, acogedor y fraternal del camino, ya que una comunidad neocatecumenal se concibe como una hermandad en la que caben todos ‘tal y como son’, sin que nadie les pida méritos o conocimientos especiales.
El único requisito para entrar en el camino es escuchar las catequesis (otro día continuaremos el glosario de términos neokikomenales con la explicación de qué son estas catequesis), nada más, no se pide que el neófito sea bueno (es más, se sabe de ante mano que todos son malos, al menos hasta alcanzar la conversión tras unos ventitantos años de camino), ni que sepa rezar (se le enseñará a su debido tiempo), ni que practique la caridad (el cnc no es una ong), ni que conozca los mandamientos… Todo eso es secundario, chocolate para loros, manías de los clericalistas que se piensan que hay que empezar por lo accesorio mientras descuidan la raíz.
Lo verdaderamente importante, lo fundamental, lo imprescindible, es OBEDECER.
Es tan vital que en el CNC se valora más la obediencia ciega que la fe, más que el amor, más que el perdón; no en vano, fe, amor y perdón proceden de Dios y ninguno de nosotros deberíamos presumir si Dios nos ha bendecido con esos dones, pero la obediencia es hija de la libertad y la libertad es toda nuestra, es la impronta con que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios.
Así que en el CNC se asegura tener la llave que nos permitirá alcanzar aquello que, siendo don de Dios, no se impone, sino que se somete a nuestra libertad, a condición de que renunciemos a esa libertad otorgada por Dios, con el argumento de que la libertad sólo nos llevaría a la perdición, mientras que el sometimiento a quien dice ser ‘ángel enviado por Dios’, sólo puede conducir a la salvación… tras muchos años, mucho diezmo y mucho crucificar la razón, pero el destino está asegurado, dicen.
Pero mejor es ‘gustar’ las palabras del señor mayor con barbita para apreciar la importancia fundamental de la obediencia:
“¿Que hay aquí unos chicos que dicen: yo no quiero? que se vayan, se pueden ir marchando; con los que hayan dicho sí a Cristo nos quedamos. A los que hayan dicho que sí al Señor, el Señor los revestirá de su gloria, los revestirá de su santidad y les dará la fuerza de ser cristianos, otros Cristos que no se resisten al mal, que aman a sus enemigos, que viven su noviazgo en castidad, que respetan a los demás”.
JMJ Roma 2000
Obsérvese que esto es tan serio como para equiparar no acceder a lo que pide el líder con ‘decir que no al Señor’.
Sigamos, que en los siguientes recortes se aprecia aun mejor.
“Sucede que con esta manía de que hay que hacer la Misa de fin de año, hacen la Misa cinco comunidades juntas, a las 20,00 h, en la parroquia, y después se van los jóvenes por ahí a bailar: eso está prohibido en el Camino. Nuestros jóvenes no se van el fin de año a bailar a ninguna parte. Hemos dicho que se pasa de un año a otro en una celebración en las casas; si no tenemos curas suficientes para que todos podamos celebrar la misa es noche, podemos tener una Celebración de la Palabra. Se reúne la comunidad, prepara un equipo una palabra sobre el año nuevo, hacéis una celebración a la que invitáis a los hijos, preparáis después una cena con los jóvenes y pasáis de un año al otro en la celebración. Y tenéis que decir, en el eco de la palabra, ―que preside el responsable o el jefe de la casa–– el año que habéis pasado, los milagros que ha hecho Dios, lo que habéis sufrido; porque vais a dejarlo todo atrás y vais a empezar un año nuevo. Y tenéis que pedir en las oraciones por el nuevo año, para que Dios os colme de bendiciones. Así Dios nos ha inspirado, según el Directorio catequético aprobado por la Santa Sede: cómo en el Camino se pasa al año nuevo. Así que este año vais a obedecer, y los jóvenes no se van a bailar con los amiguitos y las amiguitas después de que se han puesto de acuerdo en Facebook. Primero porque no van a tener Facebook, que vais a echar a la basura Facebooky el ordenador, si hace falta, si lo que haces es ver en él pornografía. A lo mejor le tienes que decir a tu hijo: mira, quizá Dios no te llamó al cristianismo, la fe no es de todos, hijo mío. A lo mejor a ti no te ha llamado Dios, así que coge tu Facebook y dedícate a tu vida, que tu hermanita pequeña, tu madre y yo nos vamos con el Señor. Sé libre, hijo mío, sé libre. ¿Tú quieres ir al mundo? No se puede amar al mundo y a Jesucristo. Decide, elige.
Del anuncio de Adviento 2010
“Sé libre, hijo mío, sé libre”… pero selo fuera de aquí, porque “tu hermanita pequeña, tu madre y yo nos vamos con el Señor” y a donde vamos, la libertad no tiene cabida. Teniendo en cuenta que “La verdad os hará libres”, se llega a la conclusión de que el hijo es el único que está en la verdad en esa familia.
Dios tenía que preparar a su pueblo, tenía que hacer un catecumenado con su pueblo. ¿Y qué hacían? Murmuraban contra Dios. ¡Murmurar contra Dios! Como murmurar contra los catequistas. No se puede murmurar de los catequistas. Porque entonces, si yo murmuro de los catequistas dejo de creer que son enviados de Dios, porque han hecho esto mal; y esto; y esto; ya no se puede crecer en la fe, ya el Camino no viene de Dios, es todo democrático. -¿Puedo hablar en el Camino? -No, en el Camino se obedece y si no te gusta te vas, esto es así. El Camino nace del cielo, no nace de la base, no somos comunidades de base. Hemos sido enviados por Dios desde el cielo a vosotros. Y si alguno empezáis a criticarme, como les ha pasado a algunos con esto de las communitates in misionem, diciendo: -¡No nos dicen nada y nos envían así! ¿Pero esto qué es? ¡Ah! ¿No has visto suficientes milagros? Yo no me tengo que justificar contigo. Vosotros siempre me habéis obedecido, me habéis excusado, porque habéis visto nuestra buena intención, nuestro amor. Si nos juzgáis se acabó, tenéis que dejar inmediatamente el Camino. Además, Dios os corregirá, porque yo no vengo aquí a hablar por mi cuenta, yo hablo en nombre de otro. ―El que a vosotros escucha a mí me escucha‖ —dice Cristo—, ―el que a vosotros acoge a mí me acoge.
Del anuncio de Cuaresma 2011
Entendedlo, si el catequista es burlón o si no se detiene ante la difamación con tal de salirse con la suya, o si se le va la mano de vez en cuando o lo que sea, es lo de menos, repito, LO DE MENOS. No es el pecado del catequista el que se va a cargar tu fe, sino tú murmuración.
Entended también que un catequista NO SE TIENE QUE JUSTIFICAR ante nadie, suponemos que ni tan siquiera ante Dios, ya que el catequista que te juzga, te denigra y se burla de ti, no habla por su cuenta, sino que habla en nombre de Dios. Por tanto, si te atreves a murmurar contra el enviado de Dios, el mismo DIOS TE CORREGIRÁ.
Dicho queda, que sirva de aviso para todos.
Fin del episodio.
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