Thursday, September 19, 2013

DE CATEQUISTAS Y ESCRUTES

De los escrutinios recuerdo sobre todo la tensión constante, el cansancio y el estrés emocional post-traumático que no me dejaba dormir pese al agotamiento físico.

Pero vayamos en orden.

Si tuviéseis fe como un grano de mostaza...
El tiempo de precatecumenado no es para rellenar, está diseñado como preparación para los segundos escrutinios. Es importante que el catecúmeno reciba la predicación de los primeros, debe asimilar que toda su vida ha vivido engañado y conforme con ese engaño, debe calarle que no tiene fe de la buena, que lo que él creía fe por haberle sido trasmitida por su abuelita, por sus padres, por el sacerdote del barrio o por todos ellos, en realidad sólo era folclore, devociones pías mezcladas con supersticiones, costumbres populares… en suma, “un barniz cultural”, nada que ver con la verdadera fe.

Por eso no podíamos hacer que la montaña se trasplantase en el mar. Por nuestra falta de fe.


Esta es la primera lección de la cartilla que los catequistas han de grabar a fuego en las mentes de sus catecúmenos: si no haces milagros, es porque no tienes fe, porque todo el que tiene fe hace milagros, como Kiko, que viaja en primera clase y se aloja en hoteles de muchas estrellas y dos comentas y vive con 300 euros al mes.

Es igualmente vital que los catecúmenos capten y acepten que sus catequistas sí tienen fe de la buena. El catecúmeno debe interiorizar que el CNC es instrumento de Dios y, por ello, una herramienta eficaz para adquirir esa fe acrisolada que nunca antes conoció por haber cometido el error de dejarse guiar por religiosos naturales que no habían sido elegidos por Dios y, por tanto, que no conocían a Dios, incluso si eran sacerdotes de su Iglesia, incluso si alguno de ellos fuera obispo, porque también hay obispos clericalistas y hostigadores.

Y es importante que los catecúmenos interioricen ésto y no se escandalicen: el cardenal puede carecer de fe, el obispo puede carecer de fe, el sacerdote puede carecer de fe, son simples oficinistas de la Iglesia. Pero Dios nunca abandona a su pueblo y les envía pastores que son mejor que cualquier sacerdote, cualquier obispo y cualquier cardenal, les envía verdaderos apóstoles, aún más, les envía a un “ángel”.

La prueba de la fe verdadera
Estos son los grandes objetivos del pre-catecumenado neocatecumenal: establecer por encima de cualquier duda razonable la superioridad ética, moral y jerárquica de los catequistas, superioridad que no procede de ninguna razón humana, ya que ni son más inteligentes, ni más santos, ni más cultos, ni más bellos, sino que viene de Dios, que les ha alcanzado con su gracia revistiendo de incorrupción su naturaleza humana, por eso, incluso los párrocos (que tantos problemas causan al CNC), deberían sometérseles, como los demonios.

Aclarados los objetivos, echemos un vistazo a los medios disponibles para conducir a los catecúmenos desde su funesta religiosidad natural hasta la puerta de los segundos escrutinios. Porque resulta que los medios “previstos por Dios”, además del trípode son los inefables catequistas.

Mis catequistas eran (nombres ficticios):

Teodoro y Dorotea, matrimonio cuarentón, padres de familia numerosa; él titulado superior, con el engreimiento de quien se considera superdotado, perennemente de mal humor; ella ama de casa e insumisa, ambas cosas por la educación recibida en su casa, aparentemente cordial con todos, es de las que matan por detrás y a la chita callando. En su casa, las peleas y los gritos estaban a la orden del día y la primera regla en la educación de los hijos era: es sano que un hijo tenga miedo de su padre; la segunda era: en caso de duda, pega y castiga a todos, así sabrás que el responsable ha recibido su merecido… y seguro que los demás también eran merecedores por algo.

Sancho y Lucrecia, matrimonio, próximos a la jubilación, hijos emancipados. Los tuve poco tiempo de catequistas. Hubo un escándalo en su matrimonio y los catequistas de mis catequistas les quitaron de catequistas. Dejaron el CNC. Fueron acogidos en otra parroquia. Su matrimonio sobrevivió y se reconstruyó en Cristo y siguieron de catequista de novios en esta nueva parroquia durante muchos años, hasta que él pasó al Padre.

Leocadio y Crispina, matrimonio con problemas de fertilidad, tal vez motivados por la ingesta continuada y prolongada de medicamentos para controlar la depresión que ella consumía, lo que también provocaba en Crispina la hinchazón propia de un globo aerostático. Él era artista, pero para llevar garbanzos a casa, trabajaba en lo que le salía y, si no, pasaban necesidad; ella, que era de clase social más alta que él, no estaba capacitada para trabajar por sus continuas depresiones. También éstos dejaron el CNC hace muchos años. No estaban de acuerdo con los métodos inquisitoriales que empleaba el primer espada Teodoro con los catecúmenos, así que pidieron ser relevados como catequistas. Teodoro y Dorotea se indignaron y les hicieron la guerra. Ya he comentado que Leo y Cris pasaban necesidad, pues Teodoro les cerró el grifo del diezmo con la excusa de que al renunciar a ser catequistas estaban traicionando a Dios y no era de recibo premiar su traición.

Y nos queda la joya de la corona, Quenomeva, digo, Genoveva, la soltera. El prototipo de itinerante femenina del CNC (de hecho ahora es itinerante): grande en todas las dimensiones y maleducada en todas las ocasiones, con pelo en la barba, acomplejadísima y siempre dispuesta a morder a quien se acerque. Era la jovencita del grupo, la que sólo intervenía para ridiculizar a alguien.

El proceso de "konversion"
Estos eran los medios del CNC para hacernos llegar a la verdadera conversión. Unos tipos sin formación teológica, sin conocimientos profundos de la Iglesia, (porque el bagaje que hubiesen traído les había sido arrebatado en sus años de CNC), sin cualidades humanas que favoreciesen la comunicación con otros y sin capacidades adecuadas para hacer de formadores de nadie.

Siendo así, ¿cómo es que los catecúmenos se someten a cuanta papanatada salga de los labios de los catequistas, cual si de palabra de Dios se tratase?



La respuesta que yo conozco es: funciona porque carecen de escrúpulos a la hora de manipular, amenazar y engañar.
 


 


 
 Funciona porque 
  • les compramos que los de fuera, que no han sido elegidos,  no pueden entender a los apóstoles; así no contrastamos la información con nadie que no sea de dentro 
  • amenazan con todo tipo de desgracias si no obedeces y tras las desgracias, la condenación eterna por no haber creído en los enviados de Dio
  • los catecúmenos tampoco tienen una sólida formación teológica
  • te invitan a descansar en ellos, a no madurar nunca, a ser siempre un crío chico y hay mucho hijito que no quiere asumir las responsabilidades de la adultez 
  • prometen la felicidad eterna, la solución a todos tus problemas 
  • quienes escuchan portan sus propias cargas, de las que quisieran ser liberados.

Si no, no funcionaría.

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