Extracto del mamotreto de la Iniciación a la Oración.
Kiko Arguello :
Sabéis que , a través del camino neocatecumenal, tenemos que enseñaros a vivir en contínua metanoia. Metanoia significa vivir en conversión todos los días; esto es lo que debéis aprender, porque esto significa caminar. En el cristianismo, no se está nunca quieto, se camina. Cuando uno está quieto, cuando uno se sienta, cuando uno se para, retrocede y muere. Por eso debe siempre caminar hacia la Jerusalén celeste, hacia la que estamos yendo. Y caminamos en caravana, como un pueblo.
Debemos reconstruir la Asamblea cristiana, y no creáis que la batalla sea fácil: con los párrocos, con tantísimos curas nos damos cuenta de que no será fácil. Porque, para muchos de estos, las comunidades neocatecumenales deberían ayudar a reconstruir la parroquia de antes, ¿entendéis? En la parroquia tienen tantos grupos: las Hijas de María, los boy-scout, tantos otros, tantas cosas, y también las comunidades neocatecumentales. Pero no quieren nada más.
Sería así si Dios hubiera decidido que fuese así, pero es Dios el que manda. Nosotros decimos que no somos un grupo más, que somos un carisma para llevar a las parroquias la renovación del Concilio Vaticano II, para hacer aparecer en la Iglesia un nuevo tipo de parroquia, una parroquia como Sacramento de Salvación . Y, para esto, es muy importante reconstruir la Asamblea cristiana. Al final del camino, lo que aparece es un nuevo tipo de parroquia, aparece una Asamblea que canta al Señor, que reza al Señor.

Kiko Arguello :
Debemos reconstruir la Asamblea cristiana, y no creáis que la batalla sea fácil: con los párrocos, con tantísimos curas nos damos cuenta de que no será fácil. Porque, para muchos de estos, las comunidades neocatecumenales deberían ayudar a reconstruir la parroquia de antes, ¿entendéis? En la parroquia tienen tantos grupos: las Hijas de María, los boy-scout, tantos otros, tantas cosas, y también las comunidades neocatecumentales. Pero no quieren nada más.
Sería así si Dios hubiera decidido que fuese así, pero es Dios el que manda. Nosotros decimos que no somos un grupo más, que somos un carisma para llevar a las parroquias la renovación del Concilio Vaticano II, para hacer aparecer en la Iglesia un nuevo tipo de parroquia, una parroquia como Sacramento de Salvación . Y, para esto, es muy importante reconstruir la Asamblea cristiana. Al final del camino, lo que aparece es un nuevo tipo de parroquia, aparece una Asamblea que canta al Señor, que reza al Señor.

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