Thursday, February 28, 2013

Cómo usar un anuncio de Cuaresma para predicarse a sí mismo


Advertencia para navegantes: una vez más, iba a pedir disculpas por el lenguaje del artículo, tomado literalmente de la jerga neocatecumenal, pero ni aun esforzándome puedo resultar más irreverente que los que comparan al cnc con el Mesías.

El sufrimiento de los inocentes
o cómo usar un anuncio de Cuaresma para predicarse a uno mismo

 Como todos sabemos, El sufrimiento de los inocentes  es una magna pieza musical que “el Señor ha inspirado” al líder del CNC “para acrecentar la conversión de que aquellos que la escuchan con rectitud de corazón”.

La composición está fechada en el año de gracia de 2011 y su éxito ha sido tan arrollador que se ha reproducido en directo en no menos de seis ocasiones: en la domus, en una audiencia con el Papa, en varios teatros de EE.UU., en la fiesta de la familia 2012…

Con motivo de su presentación en sociedad, se editó un folleto publicitario que quiero compartir con todos vosotros.




Reconozco que al principio me pareció feo: fea la portada, fea la contraportada, narcisista el mensaje… hasta que vi el cartel de los conciertos de EE.UU., (donde se veía en primer plano el perfil de un tipo mayor, con barbita). A partir de ese momento, por comparación, el primer folleto pasó a parecerme una maravilla.

En todo caso, ese despliegue de medios publicitarios a cargo, supongo, de lo que fue recaudado para la “evangelización del CNC”, era procedente. Había que hacer llegar a cuantos más mejor la noticia de la existencia de esta sinfonía musical que pone de relieve el amor y la fidelidad de Dios hacia sus criaturas con tal sensibilidad que “está contribuyendo grandemente al acercamiento entre judíos y cristianos”.

Por ello, para proseguir con este prodigioso acercamiento que tanto agrada a Dios y que sólo en CNC puede lograr (a ver qué otra realidad eclesial puede presentar estos “frutos”), es por lo que el tipo mayor con barbita está tirando de hilos para que la próxima representación, que por lo menos será la séptima o la octava (van tantas que he perdido la cuenta) tenga lugar en Auschwitz (Polonia).

Por otra parte, nuestros hermanos neocatecumenales tienen el oído abierto a la palabra de Dios y saben discernir la acción de Dios en los acontecimientos cotidianos, que a los demás nos pasan desapercibidos o inclusive nos desagradan; y gracias a ello, todos nuestros amados hermanos neocatecumenales son plenamente conscientes de la importancia que tiene el CNC en la historia:
  • para que la Iglesia aburguesada y mustia sea transformada y recupere su carisma de “sacramento de salvación”
  • para convertir al continente asiático (hay lazos tendidos con la Iglesia ortodoxa rusa, familias y seminaristas que se preparan para evangelizar China y la India…)
  • para lograr la conversión de los judíos
  • para recuperar a los alejados que no han vuelto a pisar un templo después de su Primera Comunión
  • para sostener a la fundación Familia de Nazareth, a la Iglesia en sus necesidades
  • para recuperar el frescor y la belleza del cristianismo de los primeros siglos
  • para poner a cada quien en su sitio: la mujer sometida al varón, el laico sometido al sacerdote y el sacerdote sometido al apóstol carismático (según 1Cor 12,28)
Posiblemente ese discernimiento para intuir la trascendencia de las cosas, sea la razón principal por la que nuestros hermanos neocatecumenales aceptaron con gusto que el supuesto anuncio de Cuaresma del año 2011 fuese, en realidad, el anuncio del nacimiento de la criatura, es decir, de la sinfonía; la razón por la que se muestran encantados de escucharla, a ser posible íntegra, cada vez que se puede, da igual que sea en un anuncio de tiempo fuerte de la Iglesia, en una convivencia de inicio de curso, en una fiesta de la familia…; la razón por la que les encanta que el apartado de noticias del camino sea cada vez más largo y de mayor duración y la predicación de Jesucristo cada vez más reducida.

Pero hay otra razón, sin duda, secundaria.

La razón secundaria es que como su líder (ese tipo mayor con barbita) es muy repetitivo y siempre dice las mismas máximas y repite los mismos ejemplos, pues les resulta una alegría tener algo nuevo que escuchar.

Y aquí me detengo un momento, por si a alguno le ha parecido que al decir que el líder se repite más que el ajo le estoy criticando. Nada más lejos de mi intención. Pero mejor aprovecho la explicación para desmontar otra aviesa acusación sin fundamento que se suele esgrimir contra el CNC, que es la siguiente: son muchos los que acusan al líder de auto-plagio, porque sus coronas mistéricas son siempre iguales: el Pantocrátor con los círculos de colores sólidos, el Bautismo en el Jordán, el crucificado…

Veamos (del verbo ver): la asimilación del canon bizantino de iconografía (en griego εἰκονογραφία) y su traslación a técnica moderna sin merma de sensibilidad y belleza (que es lo que ha conseguido ese tipo mayor con barbita) no está al alcance de cualquiera, hay que ser artista para reconocer su mérito. Esos iconos son como Dios ha querido que sean, son palabra de Dios trasladada a imagen gráfica. Y el artista de quien se sirve Dios para esta obra no puede modificar nada, ha de plasmar el mensaje de Dios tan y como Dios lo ha pronunciado, sin variar ni una tilde. ¿Se entiende?

Por eso sus iconos son siempre los mismos. Han de ser siempre los mismos. ¿Se entiende ahora, muchachos?

Espero que sí, que se entienda que
a)    lo mismo ha de suceder con sus discursos: ha de ser siempre el mismo mensaje, una y otra vez
b)    se dirige a un público de cristianos adultos, capaces de discernir todo lo discernible, sea cual sea el acontecimiento a interpretar
Por tanto, es evidente que el auditorio del tipo mayor con barbita no necesita que se le machaque una y otra vez con un mensaje que ya tienen interiorizado y que practican asiduamente (“mirad como se aman”).

Es por ello, y no por idolatría, no por vanagloria, no porque hayan confundido la velocidad con el tocino y al instrumento inútil con la finalidad a alcanzar por medio de ese instrumento, no por presunción, que nuestros amados hermanos neocatecumenales se resisten a tener celebraciones en común con el resto del pueblo de Dios presente en esa Iglesia a la que dicen servir.

El resto del pueblo de Dios necesita la predicación como el comer, necesita que se le recuerde el sentido de la Cuaresma, el sentido del ayuno, el de la oración y el de la limosna, pero los hermanos neocatecumenales se lo saben de carrerilla y, por eso, a ellos se les puede predicar cosas más elevadas y dedicar 145 minutos a promocionar una sinfonía (eso sucedió el año 2011) o 23 minutos a hablar de “el libro” (en el anuncio de este año); porque nuestros hermanos neocatecumenales y sólo ellos son capaces de advertir y ver que lo que se les está dando no es publicidad de un tipo mayor con barbita que quiere pasar a la historia, sino obra inspirada por Dios, “para bien de muchos” y para facilitar el diálogo con el pueblo elegido y acelerar la llegada del Mesías (del de verdad, no ese otro que he leído en alguna entrada).


Fin del episodio.
Próxima entrega: tal vez me dé por escribir sobre la idolatría o sobre los burgueses…

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