Friday, April 12, 2013

EL AVE MARIA DE KIKO

La extraña caligrafía de Kiko dice ser copia de elementos primitivos, pero analizada de cerca resulta que escondería algunas sorpresas inquietantes.

Voy a centrarme en el famoso crismón con el “Ave María”: 



Como pueden ver, en principio no parece sino la rara caligrafía de Kiko, El estilo deforme que atrae a tantas mentes y que todavía muchos no hemos averiguado el porqué.

 Pero si le damos la vuelta al signo tal como hicimos con el de la Domus en su día,encontramos que toda esa rara caligrafía cobra un sentido. Aparece un mensaje en letras hebreas, escritas entre los distintos cuarteles del crismón. Unas en paleo hebreo en un lado y otras en hebreo en cursiva en el otro. Procedamos.

Invertimos la imagen y remarcamos con color cada letra:



En total hay siete letras. Las que quedan a la derecha del crismón, donde está lo que parece una W, están en caracteres arcaicos o paleo hebreo. Las que quedan a la derecha y que son el “aria” de María están en hebreo en cursivo.

Esta imagen da razón de cada una de las letras observadas con el alfabeto hebreo en modo arcaico y cursivo.



¿Qué es lo que dicen estas letras? 
Como saben el hebreo se lee de derecha a izquierda, al revés que nuestra escritura. Por tanto en la imagen invertida hay que empezar desde la w e ir hacia el otro lado.

La Shin (W o “m” de María) es un prefijo que indica el relativo: qué o quien.

La parte del “aria” (Shin-gimel-yod-mem) forman una sola palabra, lo cual viene indicada por la forma que adopta la letra mem, que es la de final de palabra en cursivo. En esta palabra la yod podría ser también una vau, pero creo que es más coherente con el participio del verbo usado el que sea una yod.  El hecho de poner la última letra un poco descolgada nos puede indicar que esto no es una vau, sino una yod.

En cualquier caso no se altera la raiz que es la del verbo el cual significa andar descarriado o echarse a perder moralmente, y también relajarse o desviarse de algo. En este caso la forma verbal usada es el participio de este verbo en modo plural masculino, por lo que podemos traducir como descarriados.

La parte del “ave” (alef-kaf) es una partícula enfática que podríamos traducir junto con el relativo como “quien verdaderamente

Por tanto suponiendo que el relativo hace referencia a María, que es el nombre que se escribe del derecho, el texto hebreo en el inverso nos daría: la que verdaderamente (“es de los” o “es entre”) descarriados.

¿Es esto mera casualidad fruto de la mente que mira, más de lo que realmente hay en el dibujo? Esta es la pregunta que uno puede hacerse legítimamente, pero en este caso hay que decir que no sólo es esto, sino que Kiko ha variado el anagrama en otros dibujos del mismo Ave María, para formar la letra shin en caracteres cuadrados, como observamos en los siguientes.



En este último caso, que es el del famoso anagrama que encabeza la famosa estampita de Kiko, observamos otra peculiaridad que unido a lo anterior nos hace despreciar la casualidad. En este caso observamos en el mismo anagrama y en el “Ave” una anomalía al estirar el trazo de la “V” por debajo de la “A”. Eso nos lleva a contemplar una especie de tachadura que se superpone al Ave, como si el mismo hubiera sido tachado después de escribirlo, lo que lo corrobora el trazo doble de la E.




Al derecho se tacha el “Ave” que se dedica a María como saludo y al revés, con el crismón invertido, se lee en hebreo “quien verdaderamente es de los descarriados. Obviamente referido a María. Estamos pues ante una negación simbólica de todo lo que es el “Ave María” vestido de luz y de devoción mariana.

A la pregunta de si esto está realmente en el texto hay que añadir la pregunta de si el diseñador  es realmente consciente de estas cosas que hace. Mi respuesta es que si así fuera ¿habría que suponer en él una influencia oscura, aparte de una consumada inteligencia?. Pero Creo que es mejor suponer que estamos ante algo que de modo no consciente aflora en la psicología quien diseño el crismón y se plasma en forma de sus obras de arte. Lo que en teología espiritual se llama “obsesión” respondería  a esto. La obsesión diabólica es la acción del demonio sobre la psique y el cuerpo de alguien, mucho más directa que una simple tentación, pero sin llegar a ser posesión. La obsesión no hace malo al que la recibe, todo lo contrario puede ser fuente de mérito si se resiste. Pero otras veces es algo que el interesado no nota y acaba en una caída fruto de una tentación. La finalidad de la obsesión es la propia del demonio: perder a las almas. En el caso de Kiko, puede estar dirigido a algo mucho más grande, visto el sesgo sectario que toma el Camino. Incluso en medio de un carisma auténticamente inspirado puede haber una mezcla de cosas falsas en orden a estropearlo todo. En cualquier caso no nos corresponde a nosotros juzgar sobre lo preternatural del asunto, aunque sí advertir de que se ven estas cosas y de que hay que ser precavidos.


M.D.


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