Monday, May 6, 2013

DEL JUICIO Y LA MURMURACION

Una constante en el CNC, podríamos decir una manifestación del carismaque adorna a sus miembros, es la pronta y total disposición que muestran para hablar mal (mal hablar = maldecir) de todo aquel que no les ríe las gracias.

Catecúmenos ‘escrutando’ la vida de los hermanos

Es tan vehemente su inclinación al juicio sumarísimo, a la crítica feroz, a la condena inapelable sin otro argumento que el de “quien no está conmigo, está contra mí”, que podría pensarse que todos ellos se consideran
a)      investidos de la capacidad de conocer las intenciones de los demás y
b)     conociéndolas, se arrogan la misión divina de impartir justicia, es decir, de juzgar actos e intenciones…


Veamos qué se transmite en el CNC sobre esta costumbre de usurpar el lugar de Dios cuando de juzgar a los hermanos se trata:

‘El gran pecado es la soberbia y el soberbio juzga, siempre juzga (anuncio de Pascua 2008).

Por una vez, un mensaje certero. Si juzgas, mírate el ojo, tal vez descubras en él una gran viga. Siguiente:
 
Si uno de vosotros está a punto de dar un signo contra la comunidad, que sepa que está a punto de destruir a la Iglesia(mamotreto del  1 escrutinio).

Aquí se pasa tres pueblos. Eso de atribuir a la maledicencia de uno solo la capacidad de destruir al cuerpo místico de Cristo, como que se me antoja tan acertado como el multi-suicidio de la chica del ferry, que lo cuenta cada x tiempo y cada vez cambia a la fecha o el lugar de suceso. Lo que pasa es que, intencionadamente, el narrador confunde comunidad con Iglesia, de forma que lo que plantea es que la maledicencia puede cargarse la comunidad, y ahí le doy toda la razón.


De hecho, los siguientes recortes muestran que lo que preocupa en el CNC es el juicio intra-comunitario, que se equipara sistemáticamente a un juicio contra Dios cuya consecuencia es la pérdida del don de la fe, lo que conlleva irremisiblemente la pérdida de la felicidad, de la salud y de todo lo que sea importante para el enjuiciador:


‘La fe es una virtud sobrenatural, don gratuito, lo más grande es tener fe. Podemos perder la fe si pecamos contra la fe con murmuraciones contra Dios, con juicioscontra los hermanos, si dejamos de amar a Dios y a los hermanos. Si dejamos de amar a Dios y a los hermanos se nos puede retirar la fe, podemos matar el alma, matar la fe. Si somos malvados, si juzgamos. Y Dios ha dicho: “No juzgues a ningún hermano, no juzgues a nadie, considérate el último tú”.

¡Eres cristiano! ¡No juzguéis! ¡No juzguéis! Pues nada, murmuraciones. ¿Podéis destruir esta parroquia? Sí, porque cuando se hace una parroquia con diez comunidades, se establece una especie de pueblo, donde se sabe todo de todo el mundo, porque los hijos, los primos, los cuñados… Y basta juzgar y criticar para que se destruya todo, para que se destruya toda la parroquia. Por eso hay que estar muy atentos a no juzgar, sobre todo familiares, cuando están las hermanas, las primas, el cuñado y el otro’ (del anuncio de Cuaresma 2013).

Una vez más, la interesada confusión entre comunidad y parroquia, tal vez porque sabe que la parroquia es mucho más. En todo caso, parece obvio que el narrador reduce la capacidad de dañar y de causar mal que es innata al juicio y a la murmuración al ámbito de la comunidad: lo que le preocupa es que se murmure acerca de ‘una especie de pueblo, donde se sabe todo de todo el mundo, no parece que le preocupe que se murmure del pariente que dejó el CNC, de la vecina que no quiso entrar, del obispo ‘hostigador’ o del cura que no deja que el catequista mangonee a su antojo en la parroquia.

Más sobre las consecuencias de la murmuración intra-comunitaria:

‘Dios quisiera hacer una obra en tu comunidad, que seáis perfectamente uno como el Padre y el Hijo son perfectamente uno en el Espíritu, así la comunidad sea perfectamente uno, y el mundo creerá; por eso no contristéis al Espíritu Santo, por eso en la comunidad no se puede juzgar, no juzguéis, no habléis mal de nadie de la comunidad, contristáis al Espíritu Santo y habrá muchos enfermos en la comunidad cuando cometáis esos pecados; es una tradición de la Iglesia primitiva. Cristo ha dicho: “No juzguéis”. Todo lo que destruye la comunión de la comunidad viene del demonio, contrista al Espíritu Santo (del anuncio de Pascua 2013).

¿Entendéis, chicos? Viene a decir: Si en tu comunidad o en tu parroquia hay alguien con cáncer o con alguna otra enfermedad grave, plantéate quienes mal usan la lengua para criticar a alguien de la comunidad. Y se queda tan ancho después de soltarlo. Da la impresión de que criticar, murmurar y juzgar a los de fuera, por más que no sea actitud cristiana, sea lícito para los neo-hermanos y, por tanto no conlleve ‘maldición divina’ alguna; pero además, al narrador se le ha debido olvidar que el ciego de nacimiento no nació ciego ni porque pecasen sus padres ni porque pecase él, sino para que se manifestase en él la obra de Dios.

Sin embargo, concluyo con un recorte en que interpreto que el juicio se considera malo independientemente del destinatario del mismo, incluso si se trata de un verdadero enemigo. Espero que a los integrantes de mi club de detractores les dé algo que pensar…

 ¡Fuera de aquí! ¡No habéis sido elegidos!

“Kiko ¿no te das cuenta que estos hermanos llevan treinta años y no aman al enemigo? Vas a visitar a una comunidad y mírales: chichichis… chichichis…  después de treinta años ¿qué han hecho de la fe?

Dice San Pablo a los Gálatas: “los milagros que veis en vuestra comunidad ¿son objeto de que cumplís la Ley o de que habéis creído a la predicación?” Escuchad esto, porque la fe viene por la predicación, luego si en ti no se ha dado la nueva naturaleza es porque no has creído a la predicación. Y por qué no la has creído, ¿porque no has sido llamado? Quizás, porque no me habéis elegido vosotros a mí, os he elegido Yo.

Por eso en el Camino no tendrían que estar los que no han nacido de nuevo ¿por qué tienen que estar aquí? No pasa nada ¿No te das cuenta, hermano, que tú no eres capaz de amar nunca al enemigo, que estás lleno de rencor, que ni perdonas a tu mujer, que tú no has recibido de Dios ninguna naturaleza nueva? Es la prueba y señal de que tú no has sido elegido(de la convivencia de inicio de curso 2011-2012).

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