Wednesday, October 23, 2013

El altar del Concilio, según Kiko Argüello.



Durante la convivencia de inicio del curso 2013-2014, Kiko Argüello, fundador del Camino Neocatecumenal, ha dicho:

"Nel primo concistoro che ha fatto, Benedetto XVI ha celebrato la messa nella Cappella Sistina, all’altare consacrato che sta sotto il Giudizio Universale, con un crocifisso molto bello, con le spalle al popolo e in latino. Per qualcuno poteva voler dire qualcosa: si ritorna al latino? 
Ma Papa Francesco ha fatto mettere un altare al centro. Questo per noi è stato molto importante! Alcuni giornali hanno commentato “Ecco che torna l’altare del Concilio”. 
Qualcuno ci ha denunciato al Papa dicendo che le comunità che fanno la messa attorno all’altare danno tanta importanza alla comunità [...] "  
Fuente: Neocatecumenali.


De lo pronunciado por Kiko Argüello se pueden extraer las siguientes ideas:

  • Benedicto XVI celebró la Misa en un altar consagrado, dando la espalda al pueblo y en latín. Por ésto se preguntaban si se volvía al latín.
  • Francisco celebró la Misa en un altar en el centro: Vuelve el altar del Concilio (Vaticano II). "Esto ha sido muy importante para nosotros" (entiéndase para los neocatecumenales).


Y... ¿cuál es el problema? 

Kiko Argüello Wirtz, a pesar de sus doctorados honoris causa en Sagrada Teología por el Instituto Pontificio Juan Pablo II y por la Universidad Católica de Lublin Juan Pablo II, no sabe diferenciar el Novus Ordo Missae (misal Pablo VI) del Vetus Ordo Missae (misal Juan XXIII).

Equipara el uso del latín con el Vetus Ordo Missae¿A caso no sabe Kiko Argüello que el Vetus Ordo Missae (forma extraordinaria del Rito Romano) puede ser utilizado únicamente en latín, mientras que el Novus Ordo Missae (forma ordinaria del Rito Romano) puede utilizarse tanto en latín como con cualquier lengua que haya aprobado la Santa Sede?

Además, el fundador del Camino Neocatecumenal entiende que la misa de espaldas al pueblo, curiosa forma de calificarla cuando su denominación es versus Deum o ad orientem, es preconciliar

En Crux Sancta, deseosos de saber si Kiko Argüello está en lo cierto, hemos buscado información para rebatir esta posición o por contra darle la razón. Y este ha sido el resultado:


Al emplear como fuente básica la Instrucción General del Misal Romano, hemos encontrado lo siguiente:

[...] 
124. Terminado esto, el sacerdote se dirige a la sede. Terminado el canto de entrada, estando todos de pie, el sacerdote y los fieles se signan con la señal de la cruz. El sacerdote dice: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. El pueblo responde: Amén. 
En seguida, vuelto hacia el pueblo y extendiendo las manos, el sacerdote lo saluda usando una de las fórmulas propuestas. El mismo sacerdote, u otro ministro, puede también, con brevísimas palabras, introducir a los fieles en el sentido de la Misa del día. 
 [...] 
138. Dicho el Símbolo, en la sede, el sacerdote de pie y con las manos juntas, invita a los fieles a la oración universal con una breve monición. Después el cantor o el lector u otro, desde el ambón o desde otro sitio conveniente, vuelto hacia el pueblo, propone las intenciones; el pueblo, por su parte, responde suplicante. Finalmente, el sacerdote con las manos extendidas, concluye la súplica con la oración. 
[...]
146. Después, vuelto al centro del altar, el sacerdote, de pie, de cara al pueblo, extendiendo y juntando las manos, invita al pueblo a orar, diciendo: Oren, hermanos, etc. El pueblo se levanta y responde: El Señor reciba. En seguida, el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración sobre las ofrendas. Al final el pueblo aclama: Amén. 
[...] 
154. A continuación el sacerdote solo, con las manos extendidas, dice en voz alta la oración: Señor Jesucristo, que dijiste; y terminada ésta, extendiendo y juntando las manos, vuelto hacia el pueblo, anuncia la paz, diciendo: La paz del Señor esté siempre con ustedes. El pueblo responde: Y con tu espíritu. Luego, según las circunstancias, el sacerdote añade: Dense fraternalmente la paz. 
El sacerdote puede dar la paz a los ministros, pero permaneciendo siempre dentro del presbiterio para que la celebración no se perturbe. Haga del mismo modo si por alguna causa razonable desea dar la paz a unos pocos fieles. Todos, empero, según lo determinado por la Conferencia de Obispos, se expresan unos a otros la paz, la comunión y la caridad. Mientras se da la paz, se puede decir: La paz del Señor esté siempre contigo, a lo cual se responde: Amén
[...] 

157. Concluida la oración, el sacerdote hace genuflexión, toma la Hostia consagrada en la misma Misa y, teniéndola un poco elevada sobre la patena o sobre el cáliz, vuelto hacia el pueblo, diceÉste es el Cordero de Dios, y juntamente con el pueblo, agrega: Señor, no soy digno. 

158. Después, de pie vuelto hacia el altar, el sacerdote dice en secreto: El cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna, y come reverentemente el Cuerpo de Cristo. Después, toma el cáliz, dice en secreto: La Sangre de Cristo me guarde para la vida eterna, y bebe reverentemente la Sangre de Cristo. 
[...] 

165. Luego, de pie en la sede o desde el altar, el sacerdote, de cara al pueblo, con las manos juntas, dice: Oremos; y con las manos extendidas dice la oración después de la Comunión, a la que puede preceder un breve intervalo de silencio, a no ser que ya lo haya precedido inmediatamente después de la Comunión. Al final de la oración, el pueblo aclama: Amen
[...] 

181. Después de que el sacerdote haya dicho la oración de la paz y: La paz del Señor sea siempre con ustedes, y que el pueblo haya respondido: Y con tu espíritu, el diácono, según las circunstancias, hace la invitación a la paz, diciendo, con las manos juntas y vuelto hacia el pueblo:Dense fraternalmente la paz. Él la recibe del sacerdote y puede darla a los ministros más cercanos. 
[...] 

243. Después, el celebrante principal toma el Hostia consagrada en esa misma Misa, y teniéndola un poco elevada sobre la patena o sobre el cáliz, vuelto hacia el pueblo dice: Éste es el Cordero de Dios, y prosigue con los concelebrantes y con el pueblo, diciendo: Señor, no soy digno. 

244. En seguida, el celebrante principal, vuelto hacia el altar, dice en secreto: El Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna, y come reverentemente el Cuerpo de Cristo. Del mismo modo hacen los concelebrantes, dándose ellos mismos la Comunión. Después de ellos, el diácono recibe del celebrante principal el Cuerpo y la Sangre del Señor. 
[...] 

268. Después de la “inmixtión”, es decir, la mezcla del Cuerpo y de la Sangre del Señor, el sacerdote dice en secreto la oración Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo o Señor Jesucristo, la comunión de tu Cuerpo; después hace la genuflexión, toma la Hostia y, si el ministro recibe la Comunión, vuelto hacia él y teniendo la Hostia un poco elevada sobre la patena o sobre el cáliz, dice: Este es el Cordero de Dios, y con él agrega: Señor, no soy digno. En seguida, vuelto hacia el altar, sume el Cuerpo de Cristo. Pero si el ministro no recibe la Comunión, hecha la genuflexión, el sacerdote toma la Hostia y, vuelto hacia el altar, dice una sola vez en secreto: Señor, no soy digno, El Cuerpo de Cristo me guarde y en seguida sume el Cuerpo de Cristo. Después toma el cáliz y dice en secreto: La Sangre de Cristo me guarde y bebe la Sangre. 
[...] 

Observamos como la instrucción que detalla la celebración de la forma ordinaria del Rito Romano indica en cada momento cuando el sacerdote debe estar vuelto hacia el altar o hacia el pueblo. Entonces nos preguntamos: si la Misa se celebra con el sacerdote vuelto hacia el pueblo, en oposición al modo de realizar la Misa según el misal de Juan XXIII, ¿qué necesidad hay de especificar cuando mira al pueblo y cuando mira al altar? ¿A caso, desde el punto de vista del sacerdote, no se está mirando en todo momento tanto al altar como a pueblo?

Es más, si releemos los puntos 157 y 158 encontramos que al sacerdote se le prescribe dos posiciones diferentes: primero volverse hacia el pueblo y después volverse hacia el altar, lo cual da a entender la presencia de un altar "preconciliar".

Siguiendo una vez más con la Instrucción General del Misal Romano, encontramos lo siguiente:


299. Constrúyase el altar separado de la pared, de modo que se le pueda rodear fácilmente y la celebración se pueda realizar de cara al pueblo, lo cual conviene que sea posible en todas partes. El altar, sin embargo, ocupe el lugar que sea de verdad el centro hacia el que espontáneamente converja la atención de toda la asamblea de los fieles.[116] Según la costumbre, sea fijo y dedicado.

Así pues, podemos comprobar que el Misal Romano (de 1969 y, por tanto, postconciliar) advierte de la conveniencia de una celebración versus populum (hacia el pueblo), pero no por ello se restringe la celebración versus Deum o ad orientem ("de espaldas al pueblo" según Kiko Argüello).

Por tanto, sería erróneo creer que la Misa celebrada versus Deum es exclusiva de la forma extraordinaria del Rito Romano (misal Juan XXIII) cuando la forma ordinaria (misal Pablo VI) también lo permite.

Ilustramos. Dos formas de celebrar el mismo rito:



Forma ordinaria del Rito Romano, celebrado versus Deum. "Misal Pablo VI"



Forma ordinaria del Rito Romano, celebrado versus populum. "Misal Pablo VI"

A todo ello, debemos añadir que tras el pontificado de Pablo VI, según nos han confirmado bloggers entendidos en liturgia, ningún Papa ha oficiado públicamente una Misa en la forma extraordinaria del Rito Romano.

Para finalizar la presente entrada adjuntamos una tabla que nos permite diferenciar las formas del Rito Romano en sus aspectos característicos más básicos.


MISAL ROMANO
Juan XXIII Pablo VI
1962 1969
Vetus Ordo Missae Novus Ordo Missae
Forma extraordinaria del Rito Romano Forma ordinaria del Rito Romano
Latín (exclusivo) Latín (no exclusivo)
No permite otras lenguas Permite otras lenguas
Versus Deum / Ad orientem Versus Deum / Ad orientem y Versus populum



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