Sunday, September 9, 2012

«Todo empezó en un barrio de gitanos donde vivía gente que era como despojos humanos»

fuente:
LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO 1947, MADRID.
TRAYECTORIA PERIODISTA, ESCRITOR Y EX DIRECTOR GENERAL DE LA ALCALDIA DE CÓRDOBA.
Conocí a Kiko Argüello hace ya muchos años. En esos años en los que él cuenta que vivió en Palomeras Bajas, en Vallecas. Le he oído contar, como una proeza, que abandonó su casa y se fue a vivir a una chabola entre "gitanos, yonquis y prostitutas". Lo repite continuamente. El domingo lo dijo de nuevo en una entrevista o algo parecido en El País Semanal.

El problema es que en aquellos años de los que habla Kiko, en Vallecas, en Palomeras (Altas y Bajas) ni había yonquis (drogadictos) ni había prostitutas. Quienes vivían en Vallecas eran emigrantes, gentes que habían venido de Andalucía Extremadura o Castilla a buscar una oportunidad a Madrid. Buena gente que se estableció en aquellas chabolas sin agua y comidas por la humedad.


Declaraciones de Kiko sobre el tema
fuente: http://www.camino-neocatecumenal.org/neo/iniciadores%20camino/entrevista%20kiko%20ewtn.htm (..)'Se instaló en una chabola de Vallecas, en el barrio de Palomera Alta, y allí comenzó a anunciar la palabra de Dios entre toxicómanos, borrachos y prostitutas', explicó el viernes un miembro del Camino Neocatecumental, en el centro oficial de la misma calle de donde partió Argüello. En las chabolas, Kiko conoció a Carmen Hernández, licenciada en teología y química, una monja que iba buscando voluntarios para catequizar en Bolivia. Carmen y Kiko comenzaron así su recorrido juntos.
Año tras año, numerosos fieles han seguido los pasos de los fundadores. Lo que comenzó con dos toxicómanos en una infravivienda de apenas tres metros cuadrados, ahora se ha convertido en un movimiento religioso con sucursales repartidas por los cinco continentes y con alrededor de un millón y medio de seguidores.
fuente:http://www.zenit.org/article-7947?l=spanish (..)  a este gitano, y ya nos hicimos íntimos amigos; hoy está en el Camino, tiene trece hijos, han estado como familia en misión, fue el primer responsable de la primera comunidad que se formó entre los pobres. Pues éste, por ejemplo, me dice un día: «¡ven a hablar a mi familia, a mi clan!». Vivía en las cuevas con los gitanos. «Pero, si yo no sé predicar, hombre.....». 
fuente: http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=16775 (..) «Allí en las chabolas ocurrió un milagro. Mis vecinos, la mayoría gitanos, me preguntaban quién era yo. Tenía barba, hablaba de forma distinta a la de ellos, ...
...Pero el Señor empezó a llevarme, en primer lugar, a dos chicos perseguidos por la policía por vender droga, y después a un indigente borracho. Al poco tiempo éramos un grupo de diecisiete personas en mi chabola de tres metros cuadrados. Lleno total....
... por amor a estos pobres que traían las manos llenas de pecados. Uno había estado siete veces en la cárcel, otra era un vieja fea y prostituta. Había ladrones, vagabundos que recogían cartones por la calle y los vendían, gitanos que andaban vagabundos. Tuve muchos problemas y conflictos. Intentaron matarme dos veces... Una historia que es mejor no contar.»...
fuente : http://www.caminayven.com/crear-pequenas-comunidades-vivas/6581#more-6581 (..) decidió dejarlo todo e irse a vivir a las barracas de Palomeras Altas en Madrid. Francisco José Gómez-Argüello, más conocido como Kiko Argüello, sin apenas darse cuenta, comenzó a formar una pequeña comunidad con los vecinos de su chavola: gitanos, quinquis, emigrantes y vagabundos. A petición de éstos, junto con Carmen Hernández, ...


(...) Cuando uno va a vivir entre los pobres, o pierde la fe y se vuelve guerrillero al" Que Guevara" o se mete en silencio delante de Cristo y él santifica. Yo estoy agradecido al Dios para haber tenido piedad de mí: yo vi allí Cristo crucifijo y así cuando volví de África, y conocí a la hermana de Carmen, pensé que fue necesario bajar en las catacumbas sociales y allí predicar el Evangelio a esta gente, ayudarlos, darles una palabra de consuelo. Y así formamos un grupo que se dedicó a los homosexuales, a las prostitutas y a los demás marginados...
fuente:
http://dominicanosporfuera.blogspot.com/2011/06/d-analisis_10.html (...) El sufrimiento era terrible, y en las barracas entre aquellas gentes, entre aquellos gitanos, Cristo crucificado, en ellos estaba presente Cristo crucificado, y yo solamente quería arrodillarme ante ellos, porque veía en ellos a Cristo en la cruz.  (porqué la resistencia a arrodillarse en la consagración) Pensé que debía vivir de rodillas ante los pies de Cristo crucificado, a los pies de aquella gente que era lo último de la tierra.
Hay un libro de un premio Nobel, Albert Camus, que se llama La Peste, sobre el sufrimiento humano. Fue por eso que escogí, después de estar en la casa de la señora con el marido borracho que le pegaba, un barrio de gitanos, unas barracas donde vivía gente que era como despojos humanos, pero veía a Cristo en ellos. Me metí en una de esas barracas abandonadas con mi biblia y una guitarra.
Había muchos perros vagabundos. Era invierno... y esos perros que se metían en la barraca me daban calor, creo que por eso no morí de frío. En aquel ambiente yo pensaba ponerme en adoración ante Cristo crucificado entre aquella gente de vida tan horrible...



Yo viví en Palomeras Bajas, a un tiro de piedra de Palomeras Altas, y puedo asegurar que no ví jamás ni prostitutas ni yonquis, entre otras cosas porque la droga aún no se había instalado en la sociedad española. Lo más, algún cigarrillo de grifa que quienes habían hecho la mili en África traía como recuerdo de su aventura. Y en cuanto a prostituas no digo que no hubiera, pero nuestro conocimiento se limitaba a las que andaban por el Cerro de la Plata, por Renfe, y que, posiblemente, eran mejores que cualquiera de nosotros.

Mis vecinos eran de Jaén, de Córdoba, de algún pueblo cercano a Madrid, que se ganaban la vida dejándosela en el andamio. El barrio era seguro y tranquilo y muchas veces he contado que mi hijo mayor se crió en la calle en cuanto aprendió a caminar, vigilado por todos los vecinos que tenían sus puertas abiertas durante todo el día.

Recuerdo las sábanas colgadas al sol, cruzando la calle, y las noches de verano en las que veíamos la tele por la ventana mientras tomábamos el fresco sentados en sillas y tumbonas a la puerta de las chabolas.

Iban por el barrio jóvenes universitarios de buenas familias que buscaban en el barrio razones para su rebeldía. Jóvenes que luego se marchaban, pero que, estoy seguro se llevaban siempre en su corazón una realidad diferente de la vida.

Kiko Argüello se ha construido una biografía más acorde con un pasado más épico, de sacrificio y santidad. Posiblemente a mis amigos de allí les dará igual lo que ahora diga Kiko y ni siquiera leerán unas declaraciones que sonrojan a quienes conocimos aquel barrio. Pero hay algo de insulto en sus palabras. Insultos a toda la buena gente que crió a sus hijos con esfuerzo, que rehizo su vida trabajando en la construcción, que todavía vive en las viviendas que sustituyeron progresivamente a las chabolas. No a las barracas, como se decía en El País. Nunca dijimos allí barracas, que es una expresión muy catalana y que jamás sirvió para definir las infraviviendasde Palomeras.

Kiko y Carmen Hernández, su compañera en ese movimiento cristiano, saben bien que no habíayonquis ni prostitutas, Porque Carmen vivió en aquellos barrios, se movía en el mismo entorno que nosotros y era una monja moderna -o eso nos parecía- que trabajó con la gente de Palomeras. Posiblemente a ellos les venga mejor adornar ese pasado y hablar de un ambiente y un clima que nunca fue como lo cuentan ahora.

Kiko y Carmen vivieron como muchos en Vallecas, un barrio de emigrantes, de trabajadores de gente buena. No eran ni prostitutas ni yonquis, por mucho que a ellos les hubiera gustado que lo fueran para vestir un pasado de santidad.

fuente: http://rodolfoserrano.blogspot.com/2008/07/los-kikos.html





Para ampliar la información sobre la realidad social en  Vallecas durante esos años adjunto un estudio realizado por MATILDE FERNÁNDEZ MONTES Departamento de Antropología CSIC, Madrid

Revista de Dialectología y Tradiciones Populares,
2007, enero-junio, vol. LXII, n.o 1, págs. 33-83,

La autora reconoce la leyenda negra sobre Vallecas y la marginalidad y delincuencia de los chabolistas a finales del franquismo, pero rechaza el que hubiera drogas allí antes de 1970.

Así mismo la autora reconoce los tiempos oscuros de Vallecas, frutos en gran parte de una leyenda negra novelada:
Desde Madrid, Vallecas queda empañada por toda una leyenda negra, de chabolas, miseria, delincuencia y marginalidad, magistralmente retratada por Luis Martín Santos en Tiempo de silencio (...) Tiempos oscuros en los que decir que vivías en Vallecas era etiquetarse de una marginalidad degradante, que incluso frenaba el acceso a puestos de trabajo 
Pero:
También tiempos brillantes, por la inmensa fuerza de la solidaridad interna,por los apoyos de curas obreros, abogados laboralistas y partidos políticos clandestinos, por la multiplicación de las iniciativas culturales, por la capacidad de organización y el logro de muchas demandas sociales y urbanísticas.

Para leer el estudio : http://goo.gl/ltA76



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