Saturday, August 17, 2013

SE PRECISAN CATECÚMENOS, CON O SIN EXPERIENCIA




No salen las cuentas, no.
Desde hace años, un tema que preocupa al fundador del CNC es la incesante y abundante sangría de catecúmenos que abandonan el CNC después de acabar el camino.

Y tiene serios motivos para preocuparse. El número de reclutas (voluntarios o forzosos) de las nuevas comunidades disminuye sin cesar. Pero con ser ello alarmante, peor es quien lo ha visto todo, lo ha experimentado todo, lo ha vivido todo y, con conocimiento de causa, decide, no sin dolor y, con frecuencia, no sin conflictos con la familia, abandonarlo, en la seguridad de que el CNC ni lleva a la tierra prometida, ni trae la salvación, ni es garantía de fe adulta.

Lo que alarma al fundador no es la información que se llevan consigo los que se van, pues sabe que la mayoría de ellos no contarán nada, pues a lo largo de los años han dejado parte de sí mismos en el CNC. Lo alarmante es que a los jóvenes (o no tan jóvenes) de las últimas comunidades no se les puede poner de ejemplo de nada, pues si bien ya no están formadas por quinquis y gitanos, no deja de ser verdad que la mayoría de los neófitos viven como paganos, banqueteando, de francachela en francachela (salvo el rato del obligado rezo domiical de Laúdes o ese otro rato de la Scrutatio de los viernes, concebida para que se ennovien entre ellos, en lugar de juntarse con los religiosos de domingo) y de borrachera en borrachera.

Muchos son los llamados y pocos los elegidos
Pero a quienes han acabado el camino sí se les pone de ejemplo ante los obispos, asegurando de ellos que son una tropa leal, cumplidora, que no falla nunca, que se puede contar con ellos para llenar plazas y lo que haga falta, aunque llueva o haga frío y, lo que es más importante e incluso fundamental, que son gente que viven coherentemente su fe, es decir, que no les van a descubrir hijos secretos, desfalcos, tráfico de estupefacientes, condenas por abuso de menores, ni nada que puede dañar la imagen de la Iglesia oficial.

Y resulta que esta imagen feliz empieza a romperse, porque los 'cristianos adultos' según el CNC cada vez son menos y cada vez más mayores y achacosillos, y los que les siguen son cada vez más pendejos. Y además parece que el fenómeno es universal y se da incluso en la tierra del arcoíris:
Sólo somos cinco, pero ¡como nos queremos!


Erick   26 Sep 2012 22:59
"Loca, no tengo que sacar muchas cuentas, de mi comunidad original quedamos 5 de 50”.


¿Podría ser que dentro de no mucho se vean carteles como el del comienzo junto a la entrada de los catecumenium? (o como se diga en plural).



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